Hay quien piensa (integrados en el lenguaje de Umberto Eco) que la Inteligencia Artificial resolverá todos los problemas y será un fiel aliado de la humanidad en su inexorable itinerario ascendente hacia el progreso. Por el contrario, otros (apocalípticos) preconizan que la IA encierra ciertos peligros que es obligado tener en cuenta, léase: el hecho de que “la IA no sea una herramienta como todas las anteriores, sino que es un agente independiente que puede tomar decisiones por sí misma» la hace especialmente peligrosa. (Yuval Noah Harari. Nexus). ¿Qué puede y qué no puede hacer la IA? Veamos:
¿En qué nos puede ayudar la IA?
- Automatización de tareas repetitivas y análisis de datos:
- La IA es excelente para realizar cálculos rápidos, procesar grandes volúmenes de datos, y automatizar tareas administrativas o repetitivas.
- Ejemplo: análisis de grandes cantidades de datos financieros, clasificación de correos electrónicos, detección de patrones.
- Asistencia en la toma de decisiones basadas en datos:
- Los sistemas de IA pueden proporcionar recomendaciones basadas en datos, ayudando a las empresas a optimizar procesos o mejorar estrategias.
- Ejemplo: herramientas de predicción de ventas o análisis de mercado.
- Reconocimiento y generación de contenido:
- IA generativa puede crear textos, imágenes, videos o música, basándose en patrones existentes.
- Ejemplo: Chatbots, generación de diseños gráficos, o asistentes virtuales.
- Mejoras en accesibilidad:
- La IA puede hacer que la tecnología sea más inclusiva, como el reconocimiento de voz, traducción automática o sistemas de asistencia para personas con discapacidades.
- Aprendizaje continuo:
- Los sistemas de IA pueden mejorar con el tiempo si están diseñados para aprender de datos nuevos.
Qué no se puede esperar de la IA
- Toma de decisiones totalmente autónomas y éticas:
- La IA no tiene moral ni valores humanos; sigue reglas o patrones definidos. Puede tomar decisiones sesgadas si los datos con los que fue entrenada son parciales.
- Ejemplo: algoritmos de contratación pueden discriminar si están entrenados con datos sesgados.
- Comprensión profunda y creatividad genuina:
- Aunque puede generar textos, imágenes o ideas, la IA no tiene conciencia ni entiende el contexto o la emoción como un ser humano.
- Ejemplo: un chatbot puede parecer empático, pero no «siente» emociones.
- Resolución perfecta de problemas complejos:
- La IA no es infalible y puede fallar en situaciones impredecibles o donde no hay datos previos relevantes.
- Ejemplo: errores en el diagnóstico médico debido a datos insuficientes o incorrectos.
- Autonomía total sin intervención humana:
Siempre necesita supervisión para garantizar que actúe según lo esperado y para corregir posibles errores.
- Aplicación universal:
Una IA diseñada para una tarea específica (por ejemplo, jugar ajedrez) no es capaz de realizar otras tareas (como conducir un coche).
- Empatía real o juicios intuitivos:
No puede sustituir la empatía humana o el juicio subjetivo necesario en áreas como la mentoría, la mediación o la enseñanza emocional.
¿Es fiable la IA?
La IA es fiable cuando:
- Se utiliza dentro de los límites de su diseño y entrenamiento.
- Se supervisa y audita regularmente.
- Se entiende que es una herramienta y no un recambio del juicio humano.
No es fiable cuando:
- Se usa sin comprender sus limitaciones.
- Se confía ciegamente en sus resultados sin validación humana.
- Se emplea en contextos para los que no fue diseñada.
Conclusión:
La IA es una herramienta poderosa que puede transformar la forma en que trabajamos y resolvemos problemas, pero no debe ser vista como una solución mágica. Usarla con criterio, supervisión y entendiendo sus limitaciones es clave para maximizar su utilidad y minimizar los riesgos.