Parecería complicado que una misma variable signifique fortaleza y debilidad al mismo tiempo. Pero no es imposible. Ocurre en la formación programada-bonificada de FUNDAE.

Soy un ferviente defensor de este tipo de formación de ámbito laboral, animo a su uso, formo a quienes quieren iniciarse en ella, asumo la organización de la formación de muchas empresas que deciden delegar en mí su gestión, audito a empresas para que no tengan que afrontar sorpresas desagradables; y resuelvo, mediante consultoría, cuantas dudas puntuales se le presentan a las empresas que deciden hacerse cargo ellas mismas de la gestión. Pero ser partidario de algo no quiere decir ignorar los principios básicos de un análisis DAFO. Y sus consecuencias derivadas.

La mayor fortaleza y, también, la mayor debilidad de la formación programada es su flexibilidad.  Y esto no es malo ni bueno: simplemente es. Paso a continuación a explicarme.

Flexibilidad, respecto de la formación programada, quiere decir que la organización de la formación no depende de terceros para que pueda ser llevada a cabo. No depende de aprobaciones de la administración, ni de plazos de ejecución que son suficientemente amplios. Eso le confiere una posibilidad de gestión que deposita en manos de las partes toda la iniciativa: desde el 1 de enero a 31 diciembre pueden las empresas organizar su formación y luego bonificarla; es decir, descontarla en la cuota que ingresan a la Seguridad Social por sus trabajadores. Esa es una de sus virtudes, pero hay más.

Pero ¿qué ocurre? Que muchas empresas, demasiado relajadas por una fortaleza que es, a la vez, debilidad, la flexibilidad de la que goza este tipo de formación tan importante para las empresas, se ven envueltas en varios errores de bulto, aparentemente sin importancia, que les complicarán la vida, como tela de araña que retiene a un insecto en su propia trampa. No hablo de fraude sino, simplemente, de errores de organización, de notificación. A veces, involuntarios. Errores, por ejemplo, con la vigencia del acceso a las plataformas de teleformación habilitado para los técnicos del SEPE-FUNDAE que se ven imposibilitados de ejercer su labor de seguimiento porque alguien no tuvo en cuenta los plazos. Errores con la autorización de empresas bonificadas a la entidad organizadora que, una vez finalizada la formación, creen que pueden retirar la autorización cuando ésta tiene que permanecer activa hasta fin de enero del ejercicio siguiente.

Algunos no son conscientes de esto que es tan elemental. Las cosas son como son y las reglas de funcionamiento deben cumplirse a rajatabla si no queremos vérnoslas con un grave problema. Otro tema es reivindicar mejoras en el sistema. Esto pertenece a otro negociado.

Eso quiere decir que flexibilidad no es sinónimo de hacer lo que a cada empresa le dé la gana. La flexibilidad es la capacidad de organizar formación en cualquier momento del año (el más apropiado) sin tener que someterse a criterios que no sean los de la necesidad de cada empresa ni significa que debamos someternos a ningún catálogo.

Llegados a este punto, es pertinente formular la siguiente pregunta, ¿es posible acabar de una vez por todas con el 99% de los problemas con las inspecciones del SEPE? Y la respuesta es sí. Y el procedimiento es preventivo. Ya se sabe que es mejor prevenir que curar.

2 comentarios en “Fortaleza y debilidad de la formación programada”

  1. Muchas gracias, José María. Se nota que eres un profesional y que te gusta tu trabajo por la pasión que le pones. El último curso en Santiago no pude asistir y quería hacerlo. Avísame la próxima vez que vengas. Porque hablas claro, porque no engañas aunque a veces nos pongas los cabellos de punta. Porque eres un experto como pocos. Mucha gente cree que esto es cosa de broma y tú le das la importancia que debe tener. Cuando asisto a una formación tuya o conferencia o Martes Directo, etc., salgo siempre con el convencimiento de que si hacemos las cosas bien nunca habrá problemas. Me das confianza. Y por todo eso hoy quería darte las gracias. Y un abrazo fuerte.

    1. Muchas gracias, Patricia. Me alegro de poder ayudarte y de que confíes en mí. Te avisaré para la próxima vez que programe formación en Santiago. Un abrazo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *